Para muchas personas, la época decembrina o navideña representa momentos de gran alegría; pero no es así para todos. Lo más seguro es que estas personas estén pasando por una depresión invernal o trastorno afectivo estacional.
La depresión se suele caracterizar por lapsos de tristeza, apatía, pesimismo o ansiedad, falta de atención, concentración y/o memoria; además de que prevalecen las ideas obsesivas, el insomnio, la somnolencia. Otros síntomas físicos según Ricardo Gallardo, jefe del servicio psiquiátrico del hospital Juarez de México, suelen ser los dolores de cabeza, gastritis, colitis y disminución de la libido.
Por otro lado, se suman los síntomas psicológicos que suelen ser el sentirse desesperanzado, tener ideas o pensamientos suicidas y/o la falta de confianza en uno mismo.
La Secretaría de salud menciona que las mujeres tienden a sufrir más de depresión estacional que los hombres; esto debido a los cambios hormonales; y además está es ocurre con mayor frecuencia entre los 20 a 30 años.
Durante la época invernal estos síntomas suelen aumentar en el 40% de la población mexicana y según datos de la Secretaria de Salud, un 10% de la población padece esta afección de forma regular, estando latente durante el resto del año hasta la siguiente época invernal.
Alonso Fernandez Guasti (Científico del Cinvestav) y Gabriela Cámara (presidenta de Voz Pro Salud Mnetal) explican que físicamente, en invierno las bajas temperatura alteran la función de la serotonina la cual es la encargada de equilibrar del estado de ánimo; la noradrenalina, neurotransmisor encargado de regular el sueño y el ácido gamma, el cual funciona como un relajante natural.
Por otro lado, la escasez de luz solar disminuye la producción de melatonina, la cual es una hormona que sirve para regular los ciclos de la actividad, lo que provoca la somnolencia; por lo que es recomendable exponerse a la luz natural a lo largo del día; sin necesidad de estar bajo el sol.
Además, en los meses de diciembre y enero de suelen registrar un aumento en episodios de ansiedad, ya que las personas están sometidas al estrés que genera los gastos derivados de las celebraciones. Otros factores que se suelen sumar a esto son un posible caso de desempleo, la situación económica, problemas de pareja o ausencia de un ser querido.
Es usual que las personas ignoren estos síntomas hasta que estos se agraven sin estar consientes de que si no se detecta a tiempo o no se lleva un tratamiento puede resultar fatal.
Algunas formas de enfrentar este padecimiento suelen ser el ejercicio físico, exponerse a la luz del sol, una buena alimentación; sin embargo, es necesario acudir a una asesoría profesional.
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